La música juega un papel crucial en la película, no solo como acompañamiento, sino como una extensión de la narrativa emocional. En este contexto, "Burn" de The Cure emerge como un himno de todo lo que “El Cuervo” representa. La canción, compuesta por Robert Smith, encapsula la esencia del dolor y la rabia de Eric Draven. La voz melancólica de Smith, junto con la instrumentación envolvente, crea una atmósfera que refleja la desesperanza del protagonista mientras avanza en su misión de venganza. "Burn" es más que una simple pieza de la banda sonora; es un lamento, un grito desde lo más profundo de un alma herida. Las letras, que hablan de un dolor que arde constantemente, resuenan con la tortura interna de Eric, cuyo amor perdido es el fuego que alimenta su venganza. La canción acompaña su recorrido por la ciudad, donde cada paso lo acerca más a los fantasmas de su pasado, mientras la música de The Cure lo envuelve en un manto de tristeza y determinación.